El consejero delegado de Volkswagen, Thomas Schäfer, ha advertido a sus tropas de que los costes son demasiado elevados en Volkswagen. El techo está en llamas.
Volkswagen está atravesando años tumultuosos. Primero fue el dieselgate, que se saldó con miles de millones en multas y aún se arrastra. Luego vino el cambio a los vehículos eléctricos. El cambio a los coches eléctricos costó a Volkswagen otras decenas de miles de millones. La esperanza, por supuesto, es que esto dé sus frutos en el futuro. Volkswagen, mientras tanto, también está produciendo más y más vehículos eléctricos. Pero mientras tanto, todos tienen que pagar también por ellos. Visita motos de ocasión Sevilla.
Y eso está afectando duramente a Volkswagen, según un apasionado discurso pronunciado por el Consejero Delegado Thomas Schäfer ante 2.000 directivos que trabajan en Volkswagen la semana pasada. Los costes se están disparando, tanto que, según Schäfer, «el techo está ardiendo». Pidió a todos que mantuvieran el control sobre los gastos. Todo pequeño ahorro es ganancia, según Schäfer, porque las próximas semanas y meses van a ser muy duros, según él.
Lo primero que pensamos es que 2.000 directivos son demasiados. Pero es así, todas estas personas deben tener buenas descripciones de trabajo y ser muy importantes. Aún así, es un poco chocante para Volkswagen. En productos como el Golf VIII, pero incluso en el Porsche 992, ya se nota el recorte de gastos. Muchos afirman que el Golf VII y el 991 tienen una ingeniería más avanzada. Algo que en parte se puede corroborar objetivamente. Por ejemplo, el Golf 8 tiene plásticos más duros y, por ejemplo, un zanco anticuado para sujetar el capó, en lugar de resortes de gas.
Incluso más recorte de costes en el producto, por lo general no hará que el producto sea bueno. Además, no es necesariamente compatible con la ambición de la que hablábamos de Volkswagen esta misma mañana. A saber, volver al nivel casi premium de los años 90, cuando el Golf IV era la referencia en el segmento C y el Passat B5 era efectivamente un Audi A4 ligeramente más grande.
¿Es una hipérbole de Schäfer, o realmente Volkswagen tiene el agua hasta los labios? El tiempo lo dirá. Tomo nota.