Ya casi es 1 de julio y entonces suben los impuestos especiales en el surtidor. ¡Eso será acaparar el 30 de junio!
Los propietarios de surtidores holandeses se preparan para una semana cumbre. La última semana de junio podría ser una tormenta en los surtidores. Al menos eso es lo que dice Beta, el grupo de interés de las gasolineras.
Hay conductores de refuerzo, los suministros se han reabastecido al máximo y los controladores de tráfico están preparados. Después de todo, el 1 de julio volverán a subir los impuestos especiales sobre la gasolina y el gasóleo. Por supuesto, un holandés honrado llenará su depósito de combustible fósil el jueves 29 o el viernes 30 de junio.
Arriba es arriba
Ewout Klok, de Beta, explica al periódico siempre despierto que se está trabajando muy duro y que se han retirado todos los permisos. Pero, al fin y al cabo, se acabarán pronto. Mejor repostar antes esa semana.
El 1 de julio volverán a subir los impuestos especiales del gasóleo, la gasolina y el GLP. En el caso de la gasolina, por ejemplo, el litro de E10, IVA incluido, será 16,7 céntimos más caro. En un depósito entero, esto puede suponer fácilmente una diferencia de 10 euros (7 euros para los conductores de gasóleo) y se espera que los frugales holandeses hagamos cola para conseguirlo.
Crisis energética
El año pasado, el 1 de abril, se redujeron los impuestos especiales sobre los carburantes en un intento de hacer un poco más llevadera la incipiente crisis energética. En efecto, debido en parte a cierto señor que vive en una plaza roja, los precios del mercado energético se habían disparado bastante.
Los precios de venta al público recomendados a nivel nacional subieron a unos dos euros y medio y eso sacó de quicio incluso a nuestros agitadores de La Haya. El recorte de los impuestos especiales se revertirá en dos pasos, el 1 de julio de 2023 y el 1 de enero de 2024. Aunque para ese segundo paso aún hay esperanza para el atribulado conductor de fósiles.
El hecho de que la diferencia de precio por un depósito lleno sea tan grande hace que los propietarios de los surtidores esperen un gran subidón. Por cierto, en Bélgica y Alemania también deben de estar deseando que vuelvan los turistas del combustible.
Problemas financieros
Que los consumidores neerlandeses muestran poco entusiasmo es evidente. Nadie quiere pagar más. La ANWB llevó a cabo una investigación sobre los elevados precios en el surtidor en 2022 e informó de que una cuarta parte de los automovilistas tenían problemas financieros debido al aumento de los precios. Por eso califican de incomprensible la subida de los impuestos especiales.
Con los precios subiendo de nuevo, estas personas vuelven al punto de partida. Tampoco hay alternativa al coche para muchos automovilistas. El transporte público sólo cubre la región de Randstad y, desde luego, no es barato. Junto con la inflación de otros productos en los últimos tiempos, ANWB espera que este grupo se encuentre de nuevo en una situación desesperada cuando el precio de la gasolina en el surtidor también vuelva a subir.
Más miseria
Además de la subida de los impuestos especiales, por cierto, nuestro Gobierno también ha pensado en mezclar más gasolina y gasóleo con biocombustibles. Así tu coche emitirá menos. Quizá también se averíe antes y su coche sea menos económico, pero eso no debería estropear la diversión. El precio del litro podría subir otros 5 o 10 céntimos. Todo depende del combustible y de cuánto haya que añadir.
Estado padre
Para completar, ¿cómo era? Por cada litro de combustible, más de la mitad del precio consiste en impuestos especiales e IVA. Por cada euro de fósil que echas en tu depósito, unos 62 céntimos van a Papá Estado. Y eso cada vez va a más.
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